El buen tiempo sorprendió a Punta Arenas en Navidad, regalando a los más pequeños una jornada soleada para estrenar sus regalos. La Costanera se convirtió en un improvisado circuito de bicicletas y scooters, mientras niños y familias disfrutaban del cálido clima y los nuevos juguetes.
La Navidad, además de marcar el inicio del verano austral, reforzó los lazos familiares en una celebración llena de alegría infantil.