La situación en la farmacia del Hospital Clínico de Magallanes se ha tornado insostenible para muchos de sus usuarios, especialmente los adultos mayores, quienes se ven obligados a enfrentar largas esperas que superan las dos horas, solo para la entrega de una receta. Además, la entrega de medicamentos puede tardar hasta nueve días, generando frustración y preocupaciones en quienes dependen de estos tratamientos para mantener su salud.
A pesar de las recientes remodelaciones del recinto, que se llevaron a cabo con la promesa de mejorar la atención y agilizar el servicio, la realidad actual es muy distinta. Los pacientes y familiares han comenzado a expresar su creciente malestar, recordando que durante la pandemia, la atención era mucho más eficiente, incluso llegándose a ofrecer entrega de medicamentos a domicilio.
“Es cansador venir por los medicamentos. Primero hay que entregar la receta y luego regresar para recoger; para nosotros, que somos adultos mayores y sufrimos de enfermedades, esto es un verdadero reto,” señala Rogelio Muñoz, quien ha visto afectada su calidad de vida por las largas horas de espera y los gastos en transporte.
El descontento no es aislado: Mónica Cárdenas destacó que “el sistema funcionaba mejor en pandemia; ahora es un desastre”. Por su parte, Graciela Méndez sugirió que “deberían implementar una forma más rápida y eficiente. Las remodelaciones no se han traducido en mejoras concretas”.
El Hospital Clínico de Magallanes se enfrenta al reto de atender las inquietudes de sus usuarios y encontrar soluciones efectivas que prevengan situaciones de incomodidad en el futuro. La salud de la comunidad no puede convertirse en una carga.