Las declaraciones del presidente de Tacopa, Marcelino Aguayo, sobre la insostenibilidad del transporte colectivo en Punta Arenas, han generado un debate acalorado en la ciudad. Aguayo afirma que los taxis colectivos, con un valor de $700 a partir del 9 de agosto, no podrán cubrir los crecientes costos de operación, agravados por la competencia desleal de Uber y el subsidio otorgado a las micros.
Las reacciones en redes sociales y entre los usuarios del transporte público son encontradas. Algunos usuarios respaldan el reclamo de Aguayo, argumentando que la calidad del servicio de los taxis colectivos es deficiente, con vehículos en mal estado y horarios irregulares. Otros critican la propuesta de subir el pasaje, señalando que las micros, con un valor de $180 para adultos mayores, representan una opción más accesible, a pesar de su propia precariedad.
La crítica apunta a la falta de inversión en la renovación de la flota y la falta de un sistema de transporte público eficiente y moderno. Algunos ciudadanos, incluso, prefieren la comodidad y accesibilidad de las aplicaciones de transporte como Uber, a pesar de su costo.
El debate sobre el futuro del transporte colectivo en Punta Arenas se intensifica, dejando en el aire la pregunta: ¿será posible un sistema de transporte público eficiente y sostenible sin una regulación efectiva y un modelo que incluya a todos los actores involucrados?