En el Terminal Mina Loreto de Punta Arenas, el emblemático local ‘La Picada de don Guillermo’ se encuentra en medio de un conflicto tras la orden de clausura emitida por la Municipalidad. Este establecimiento, operado por la familia de don Guillermo durante una década, sigue siendo parte del legado del fallecido dueño, con su hijo Claudio al mando.
La situación se complica debido a la falta de renovación de la patente comercial a nombre de Claudio, lo que motivó la decisión de clausurar el local por parte de las autoridades municipales. A pesar de los esfuerzos de la familia por evitar el cierre, la oficina jurídica de la Municipalidad ha confirmado que la medida se ajusta a derecho.
Claudio Leiva, hijo de don Guillermo, ha expresado su deseo de resolver la situación y continuar con el legado de su padre. Aunque se le ha otorgado un plazo para dialogar con el Alcalde, la incertidumbre persiste en torno al futuro del local y la necesidad de regularizar su situación legal.
En medio de esta disputa, Claudio se niega a cerrar el local y espera encontrar una pronta solución para poder mantener viva la tradición de ‘La Picada de don Guillermo’ en el terminal, honrando la memoria de su padre y preservando este lugar histórico en Punta Arenas.