Un presupuesto histórico de riego de casi $44 mil millones para ser ejecutados este año, sumando los programas regulares y el Fondo de Emergencia Transitori0 (FET) por el Covid-19, deja la actual administración del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) a las nuevas autoridades. Según Carlos Recondo, director nacional de la institución, “son tres veces más recursos que los recibidos en 2018 ($14 mil millones) y eso significa que respondimos”.
Según el directivo, “el cambio climático es el desafío más grande que enfrenta hoy la agricultura. Ha golpeado duramente la actividad, con efectos muy negativos, y por lo tanto también es el mayor reto para instituciones como la nuestra, cuya tarea es el fomento productivo y el apoyo a la pequeña agricultura”.
Esta realidad se ha expresado con matices, dependiendo de la zona. Según las conclusiones de los Talleres de Modernización del Agro y Adaptación al Cambio Climático que realizó la institución en todo el país entre 2019 y 2021 con participación de 800 agricultores, desde La Araucanía hacia el sur, que dependen del agua de las lluvias, el principal problema es la crisis hídrica, debido a las bajas precipitaciones, mientras que entre Atacama y O´Higgins, que históricamente han tenido riego, el foco está puesto en la falta de fiscalización o institucionalidad.
El estudio también indica que un 92% de los productores se reconoce muy vulnerable ante el déficit hídrico y estima que pone en riesgo su labor agrícola, un 57% manifiesta que la eficiencia hídrica es vital para realizar su actividad y un 39% cree que problemas como la falta de regularización de los derechos de agua afecta su capacidad de producir alimentos.
Estos talleres se implementaron tras la creación del Comité de Adaptación al Cambio Climático de Indap, con la participación de destacados académicos con Fernando Santibáñez, Rodrigo Callejas y Felipe Martin, cuyo objetivo fue definir acciones para proteger, potenciar y sustentar a la pequeña agricultura frente a este demandante escenario.
Desde 2018 a la fecha, Indap ha actuado desde varios frentes para dar certezas de disponibilidad de agua y, también, avanzar hacia la tecnificación y la eficiencia en el uso de este recurso. A través de los programas de Riego Asociativo, Riego Intrapredial, Obras Menores y Bono Legal de Aguas se benefició a 18.490 usuarios en este período, se revistieron 168.329 metros de canales, se hicieron obras para acumular 1.313.337 m3 de agua y se tecnificaron 8.115 hectáreas.
“Los recursos de riego crecieron como nunca y se financiaron proyectos asociativos e individuales que permitieron revestir canales, construir tranques, pozos noria y acumuladores de agua lluvia, junto con implementar riego tecnificado. Hoy uno revisa los programas de Indap relacionados con el riego y han pasado a ser los más importantes”, dice Carlos Recondo.
También destaca la firma de convenios con la Dirección General de Aguas (DGA), “para hacernos cargo de regularizar derechos de aprovechamiento e incentivar la participación de los agricultores en las organizaciones de usuarios de aguas”; con la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), para construir, habilitar e inscribir 800 pozos para productores de los pueblos originarios de Biobío a Los Lagos, y con la Dirección de Obras Hidráulicas, para realizar acciones conjuntas de apoyo a los agricultores en los territorios.
Otras medidas importantes fueron la implementación del Plan Caprino en la Región de Coquimbo, que con inversiones, asesoría especializada, convenios de cooperación y créditos busca potenciar el desarrollo sustentable de los productores de leche de cabra (la zona concentra el 69,5 de la masa caprina nacional); el uso de energías renovables (paneles fotovoltaicos) en los sistemas de riego, con 1.339 beneficiados entre proyectos individuales y asociativos, y la diversificación productiva, con fomento de cultivos más rentables en regiones como La Araucanía, Los Lagos y Aysén.